Mensaje del Presidente de la Conferencia de Haití, Fr. Dufreine Auguste
Hermanos y Hermanas :
Todavía estamos un poco trastornados, tres días después del terremoto.
Este hermoso y soleado día del 12 de Enero, todo el mundo estaba en sus ocupaciones. En Lilavois, en el local de la Conferencia Episcopal de Haití, teníamos un encuentro de las Conferencias religiosas del Caribe, del 12 al 14 de enero : éramos unos cincuenta participantes, con una invitada especial del Brasil, la Dra. Zilda Arns Neuman, Presidenta de la Comisión Internacional de la Pastoral del Niño. Su primera conferencia había tenido lugar en el CIFOR para los estudiantes de este Centro Intercongregacional de Formación Religiosa. Estaban allí invitados los seminaristas, los religiosas y religiosas. El miércoles iba a intervenir ante los miembros de la CHR y los delegados de las Conferencias nacionales.
La Misa de apertura presidida el Monseñor Nuncio apostólico ha estado seguida de una presentación de Haití por el P. François Kawas. Por la tarde, después de una presentación de Cuba, teníamos la pausa.
1.- Yo estaba en el jardín charlando con el Hno Ernst. Unos minutos más tarde, la tierra se puso a temblar con un furioso rugido. El local de la Conferencia Episcopal sufrió pocos desperfectos ; sólo una religiosa americana se fracturó un brazo al caer otra religiosa sobre ella. Pero pronto comenzaron a llegar gritos de los vecinos. El patio del Centro de Salud de las Hermanas Dominicas de la Presentación se llenó de heridos más o menos graves. Las Hermanas deciden llevar a los hospitales a los más graves. Comienza entonces una verdadera carrera de la búsqueda del tesoro. Los hospitales están saturados o desprovistos de material o sin electricidad… Las carreteras que unen Delmas con Bourdon, están cortadas. A las 21 horas, decidimos volver a Lilavois con los enfermos. La Hna. Solange Louine, Provincial de las Hermanas de la Caridad de St-Louis, decide regresar a pie para ver a sus Hermanas en Bourdon.
2.- Desde las sacudidas, busqué también noticias de los Hermanos. Primeras inquietudes : el Hno. Ernst con quien yo hablaba unos momentos antes, ya no contesta… En el Juniorado, donde están los HH. Geniaud, Jean-Claude, Valmyr… ¡ ninguna comunicación ! Finalmente un grito del Hno. Jean-Claude : estoy en la casa provincial y el Hno. Joseph Bergot está muerto. Poco después el Hno. Simon rectificaba : el Hno. Joseph Bergot está vivo, contesta al teléfono, pero está aprisionado. El Hno. Dominique acaba de entrar … más noticias.
3.- De la rue Centre : El Hno. Hubert informa que los edificios de la Rue du Centre y de la Grand'rue están derrumbados ; todos están bien, pero nadie ha vuelto a ver al Hno. Ernst… Hacia las 19 h., con gran alivio, ¡ le vemos entrar ! Ha visto cómo se desplomaban las dependencias y el último piso del Colegio Jean-Marie Guilloux ; balance : 6 muertos. El Hno. Hubert se había olvidado de decir que la Escuela Normal de St-Louis estaba en funcionamiento todavía a la hora del seísmo: ¡ estudiantes y profesores están entre los escombros !
4.- El Hno. Ives anuncia que la residencia de Jacmel ya no se puede habitar. La Vallée ha sido menos sacudida, pero la casa da miedo. En St-Marc se ha sentido el temblor, ¡ pero no sin sobresaltos ! ¡ No tenemos noticias del Norte ! Tampoco hay pánico. Al pasar por Delmas veo a los refugiados y los edificios inhabitables o muy deteriorados.
4 bis.- Llegan las malas noticias : En CIFOR, ¡ Catástrofe ! dice el Padre William Smarth. La Conferencia acababa de finalizar, los estudiantes comenzaban a salir… y las placas a derrumbarse. ¡ El Padre está herido, la Dra. Zilda y un buen número de estudiantes han desaparecido bajo las placas ! El coche del Hno Provincial que se utilizó para el viaje de Lilavois a CIFOR ha sido aplastado, así como las furgonetas de los PP. Monfortianos, de los Oblatos, Camilos …
5.- En Martial todo está dañado: capilla, residencia, colegio, …
6.- Una vez que dejé a mis enfermos en Lilavois, me fui a comprobar los desastres. En La Mennais, era mucho más de lo que yo pensaba. En el Juniorado y Noviciado, había de vez en cuando grietas importantes. Los patios se han convertido en campamentos para los Hermanos y para los vecinos.
7.- Hacia la Rue du Centre, en compañía del Hno. Valmyr. En el camino, una parada en el CIFOR. A las 2 de la madrugada unos estudiantes que no podían hacer nada, nos dicen que algunos de sus compañeros están pidiendo auxilio, pero nada se puede hacer. En efecto, un grito hiere la noche y el corazón, después el silencio se adueña del lugar. ¡ Una verdadera carrera de obstáculos para llegar a la Rue du Centre ! Por dos veces volvimos al hospital general. Una vez que conseguimos llegar a las puertas de la Grand'rue, nos reciben unos jóvenes ocupados en liberar a las víctimas de la Escuela Normal, pero hay otros con otras intenciones. Una pequeña vuelta por la zona con los cuatro Hermanos que vigilaban : casi todo habrá que demolerlo.
8.- Llegando a Pétion-Ville, a las 6 h. 00 a.m., pido ayuda a la Embajada francesa de la calle Capois para liberar a los Hermanos Joseph Bergot y Dominique : el oficial francés toma nota y nos promete prioridad de auxilio. Pasan tres días y … ? El Hno. Enceau y su prupo de postulantes centristas han logrado liberar al Hno, Joseph Bergot y le llevan, entre altibajos, al hospital del Canapé-Vert, el miércoles por la mañana. Allí moría pocas horas después, a las 11.30 h. Ha sido enterrado en nuestro cementerio el jueves por la mañana, después de una oración de algunos Hermanos y refugiados. El P. Jehannin ha llegado un poco tarde para la última bendición.
9.- Entre los esfuerzos por liberar al Hno. Joseph, el Hno. Enceau ha aprovechado para llevar a la Embajada canadiense a los HH. Rancourt y Fernand Doyon, que les han recibido muy bien y se han hecho cargo de su repatriación. Supongo que nuestros " Quebecois " estarán ya en La Prairie.
10.- A lo largo de esta visita matinal, comprobamos el hundimiento o el mal estado del Colegio de las Hijas de la Sabiduría, del local de la CHR, del Colegio de las Hermanas de San Francisco de Asís y de otras varias escuelas y colegios. Lo hemos comprobado este viernes, el derrumbe de la Escuela St-Jean-l'Evangile y del colegio Canado-Haitien, la destrucción de la residencia y de la escuela de las Hijas de María del Bel-Air : hay muchas víctimas entre las Hermanas. ( Habrá que redactar los Anales de este 12 de Enero para saber los religiosos/as fallecidos, ¡ qué duro balance ! )
11.- Para complicar más la situación, los ladronzuelos hacen su trabajo. Y para ellos es fácil, con todas las casas abandonadas y las calles desiertas. Las bandas de jóvenes "voluntarios" que recorren las calles de Puerto Príncipe y Pétion-Ville, ¡ no inspiran ninguna confianza ! El coche de la CHR ha sido robado a los HH. Dufreine y Jean-Claude, por cinco jóvenes armados, aparentemente profesionales.
En el campamento del Juniorado el ambiente es bueno, a pesar de algunas caras sospechosas. Tenemos que encontrar el nuevo ritmo de siniestrados.
Apreciamos mucho la presencia de Lucie, hermana del Hno. Jacques Matte, que había venido a visitar a su hermano. Como buena enfermera, no para de trabajar. Ayer, hemos tenido la visita de la Cruz Roja… En espera de que los "sin techo" encuentren soluciones, habrá que organizar esta nueva comunidad de pobres empobrecidos aún más por el seísmo.
Desde el miércoles, las comunicaciones telefónicas son muy difíciles en Puerto Príncipe.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro no dejará de venir en nuestra ayuda, aunque nos haya parecido ausente en el momento en que la Tierra continuaba sus movimientos de ajuste geológico, inoportuno y mortal para sus hijos.
¡Llega el Señor! ¡Ya está aquí! Está con nosotros en estos días que, para algunos, han sido los últimos.
Hno. Dufreine Auguste